Becsa ha finalizado recientemente las obras en el Polideportivo de la Cebada en Madrid. Este proyecto, emblemático para la capital, ha durado 28 meses, durante los que el antiguo agujero de la plaza de la Cebada se ha convertido de nuevo en un gran polideportivo que dará servicio a la ciudadanía del barrio de La Latina y dotará al entorno de una nueva imagen.
Las obras arrancaron en septiembre de 2019 y durante estos años se ha ejecutado desde cero un nuevo polideportivo junto al mercado de La Cebada, en pleno casco antiguo de Madrid, hecho que ha supuesto grandes complejidades, desde la proximidad a la red de metro, las restricciones horarias, así como por la entrada y acopio de suministros y por las dificultades que ha supuesto la entrada de transportes especiales.
Este proyecto consta de un edificio de dos sótanos, planta baja y cuatro alturas, que cuenta con una parte de estructura de hormigón y otra parte de estructura de hierro. Para poder desarrollarlo el equipo de obra de Becsa se ha enfrentado a trabajos muy complejos, como por ejemplo en la construcción de los muros pantalla en el perímetro del edificio.
“La existencia tanto de una red de metro en servicio por las cotas inferiores, así como las galerías de acceso peatonal de la estación, de forma lateral, nos limitaron mucho los márgenes de maniobra a la hora de diseñar un sistema de sostenimiento y excavación de parcela que permitieran una buena ejecución. Imposibilitaban completamente el uso de anclajes u otros elementos de arriostramiento al existir elementos estructurales en servicio a menos de 3m de la zona de excavación.”
Relata Ignacio Planell, jefe de obra del Polideportivo la Cebada.
Para poder llevar a cabo esta ejecución fue necesario un reestudio completo de la obra, a través del departamento de proyectos de Becsa, pudiéndose diseñar unas pantallas de 1,20m de espesor y de más de 14m de profundidad. Éstas priorizaron su autosostenibilidad en la fase de excavaciones, además de servir de soporte de cimentación para los elementos superiores de la estructura, realizando así una doble función no considerada en estudios iniciales.
Uno de los hechos más destacables de este proyecto es el trabajo con la metodología BIM (Building Information Modeling) durante toda la obra, asociada al reconocimiento del entorno mediante el escaneo de nubes de puntos. Planell destaca que trabajar con este sistema supone un valor añadido a la hora de definir tanto geométricamente como estructuralmente la toma de decisiones, ya que permite resolver con gran exactitud incógnitas que no se podían tratar anteriormente.
La ventaja más destacable que tiene trabajar con metodología BIM es la reducción de problemas asociados a la indefinición, la cantidad de horas de técnicos de topografías y la gestión constante de planos actualizados. Por tanto, esta metodología proporciona una reducción de costes importante, tanto en horas de personal y gabinete, como por la no ejecución de errores resueltos en las fases tempranas del proyecto.
“Verdaderamente, y con las experiencias adquiridas, no creo que pudiera enfrontarme a otro proyecto de estas características sin usar tanto la metodología BIM, así como el reconocimiento mediante escaneado por nubes de puntos. Tener en cualquier momento y a disposición, una infinita cantidad de información disponible, sin que ningún topógrafo se desplace constantemente a obra, hace que la ejecución de proyecto se vuelva más fluida, exacta y dinámica a la hora de afrontar los retos diarios de la ejecución de un proyecto singular como este que nos encontramos”, explica Ignacio.
Este proyecto de 7.357,23m2 construidos alberga una piscina climatizada, una pista polideportiva, varios gimnasios, y salas de libre disposición. Además, en la cubierta del edificio se encuentra una zona deportiva con caucho sintético para actividades al aire libre.
